miércoles, 18 de enero de 2012

Andando Descalzo por Mataderos

Andando Descalzo  se formó  en  Mataderos en 1995, con amigos del barrio como Juani Rodríguez (voz), Emiliano de la Encarnación (bajo), Maxi Suppa (percusión) Carlos Quinteros (batería), Pablo Otero (teclados) y Mauro López (guitarra), debutando por primera vez el 3 de noviembre en un pub de Floresta. En ocasión de los diez años de la salida de su primer disco que, sorteando la crisis económica del 2001, salía a la venta con el titulo “Andando Descalzo”  y con temas como “Sentí corazón” y “Luz, la banda dará su último show  en la ciudad el 4 de noviembre a las 21hs en Niceto Club. El show tendrá también canciones de su último disco “Quinta armonía”. Cercanos a esta celebración, quisimos entrevistarnos con el cantante Andando Descalzo para que nos contara su historia.
La banda comenzó el camino de la música transitando los circuitos under del rock, y con mucho esfuerzo y, gracias a las nuevas tecnologías, pudieron difundir su arte de manera independiente logrando aumentar seguidores en cada show, en cada localidad o provincia donde se presentaban. Han recorrido la costa tocando en festivales como el “Gesell Rock”, “Baradero Rock” y  en importantes refugios de la música como “La Trastienda”, “Niceto Club” y “Cemento”, y en su camino en auge fueron conociendo a grupos como  Catupecu Machu,  Las Manos de Filippi, Karamelo Santo, Aztecas Tupro, Villanos, La Cruda y Carmina Burana.
  En el año 2000, el guitarrista Mauro  López decidió dejar la banda, dando lugar a Ariel Paladino; y en el 2004 lanzaron su segundo disco “Mil destinos” presentado en el Teatro Colegiales ante 1300 personas.  En Marzo de 2005 participaron del "Chascomús Reggae" con una gran actuación que los llevó ser la banda revelación del festival. En abril realizaron un minishow en uno de los programas más escuchados de la radiofonía Argentina "¿Cuál es?" de FM Rock and Pop. Según Juani,  el rock nacional tiene hoy mayor importancia  en la cultura y se fomentan más los eventos gratuitos de bandas convocantes, para que sea más popular y accesible para todos.
   Andando Descalzo ha participado en festivales como  "La Oculta Rock" junto a "Pity" Álvarez y Resistencia Suburbana y en "Plaza de Mayo Rock" acto en defensa de los Derechos Humanos. Actuaron dos veces en el Pepsi Music, primero en el 2006 donde tocaron con Ziggy Marley, Los Cafres, Los Pericos, entre otros. Luego en el 2008, con una gran convocatoria,  abrieron el show junto a bandas como Catupecu Machu, Arbol, Kapanga y Karamelo Santo. Su tercer álbum lo grabaron en 2005 al cumplirse los diez años de la banda grabando el disco “Diez años y vivo” en el Teatro colegiales. Su cuarto álbum salió en 2007 titulado “Hasta encontrar”.
  La banda acostumbra, en su caminar descalzo y despojado, tocar para buenas causas y poder ser partícipes de ellas. Fueron convocados para tocar en Tecnópolis para el día de la primavera, y también para el festival  “Kiñe Rakiduam”  en el cual además juntaron útiles escolares en beneficio del pueblo originario Mapuche. Fue un recital para reivindicar la cultura de los pueblos indígenas, preservar sus territorios, difundir sus artes y respetar sus derechos e identidad, junto a más de 15 bandas que se unieron para apoyar la causa. Es habitual contar con la dupla Andando Descalzo-Karamelo Santo, también para las nobles causas como la participación en octubre del festival  “Música por la Identidad y la Memoria” en el anfiteatro  de la Universidad Nacional Gral. Sarmiento en Los Polvorines. El público seguidor disfrutó del show  llevando alimentos no perecederos para la entrada en beneficio de la fundación Acción y Providencia, organizado por la Comisión por la Recuperación de la Memoria de Campo de Mayo.
“Andando” hace 5 años que además participa en los festejos del día del niño del Club Cárdenas, y este año contó con la colaboración de una banda amiga. Entusiasmado con poder participar y organizar el sonido y el escenario, Juani nos cuenta su experiencia: “Invitamos a Karamelo Santo a participar Ad honorem y ellos aceptaron. Es muy emocionante tocar en el barrio, en la puerta de la cancha de Chicago donde soy socio, como mi papá y mi hijo. Era un festival del cual formaba parte y quería mucho”.
Andando Descalzo se desprende de los prejuicios y canta al compromiso, la unión, la fiesta, la defensa de la identidad, a su tradición barrial y a la lucha por los derechos humanos: “Yo no soy más que vos, yo soy distinto. Vos no sos más que yo, vos sos distinto”
Para seguir sus presentaciones y shows ingresá a www.andandodescalzo.com.ar

Por Silvana Heredia

lunes, 2 de enero de 2012

Jordan Uriel Segovia:patinando por mucho más que un sueño

A los cinco le regalaron sus primeros patines y no se los sacó más. A los seis ya competía en torneos locales, a los diez miraba videos de atletas internacionales y tres años después viajaba a Colombia para participar de su primer mundial. Desde entonces,  Jordan Uriel Segovia, ha logrado medallas en campeonatos alrededor del mundo. Hoy este atleta de primera línea, enseña patín artístico en el Club Cárdenas.
Dos años atrás, cuando llegó al club, tenía cinco alumnas. En la actualidad el número ha ascendido a cuarenta. Al verlas, Jordan recuerda sus inicios en la disciplina: “Todas empezaron de cero, con patines de tiritas, como empecé yo”. En aquel entonces Jordan se pasaba el día en la vereda, yendo de un lado a otro sobre los patines. Un día sus amigas del barrio se anotaron en un club  y lo llevaron con ellas. Así comenzó su carrera, a los porrazos, tal como esas alumnas que hasta hace poco no sabían pararse sobre los patines. Las mismas que hoy ya hacen figuras en un pie, saltos, trompos y coreografías.
Jordan enfatiza la importancia de comenzar a temprana edad. Su formación comenzó a los seis años, en el club Nueva Chicago, con los profesores Gabriela Pereyra y Gustavo Alanis. Competía en torneos interligas. Su madre le compraba los patines y el vestuario y lo acompañaba a todos los eventos. Al tiempo, uno de sus profesores habló con ella. Les parecía que el pibe estaba para ir más allá de las ligas chicas. Así, a los nueve, Jordan se pasó al Club El Fortín, con la profesora Claudia Di Luciano, y comenzó a participar en torneos metropolitanos y nacionales.
En ese entonces su inspiración eran los videos de competencias internacionales. Sus preferidos eran los australianos, norteamericanos e italianos. A partir de entonces, llevado por el deseo de llegar a competir en el exterior, se fue entregando cada vez más al deporte. Es así que, a los trece años, se produjo el punto de inflexión en su carrera: su primera competencia internacional.  Jordan viaja a Colombia y obtiene el octavo puesto en la categoría juniors.
De regreso a la Argentina, luego de alcanzar la meta del primer mundial, su ambición era mayor: ahora quería ganar una medalla, y poco después aspiraría a ser campeón del mundo. El proceso fue arduo. En cuanto tomó conciencia de que aquello que perseguía estaba muy cerca, se abocó de lleno a la práctica de su disciplina.
Entrenaba día y noche. No salía con amigos, no iba a cumpleaños, hacía la tarea del colegio en el tiempo que le quedaba entre los entrenamientos diarios. Sin embargo no tenía de qué quejarse. Su gran deseo era ser campeón del mundo y cada día era un paso más hacia esa meta. Con el apoyo de mi madre y de mucha gente del barrio juntaban la plata. A partir de allí, desde 1997 hasta este año, Jordan no ha parado de destacarse en el deporte, obteniendo medallas de bronce, plata y oro en casi todas las competencias en que participó.
Al día de hoy, tras pasar por muchos clubes, Jordan compite para el club Atlanta, con Tamara Alvez. Todavía sigue pagándose los viajes con la ayuda de su madre. El patín-dice-carece de apoyo estatal. Pese a eso, en el país hay muchos que, como él, luchan contra los obstáculos económicos para viajar y vuelven trayendo títulos mundiales.

Así, entre los entrenamientos y la labor docente en el Cárdenas, transcurren los días de Jordan Uriel Segovia. Sus alumnas lo llenan de orgullo: “A la mayoría ya las presenté en torneos amistosos y los resultados fueron buenísimos”-afirma “Tengo muchas expectativas puestas en ellas. A mí me gusta enseñar paso a paso, sin apuros. Confío mucho en lo que corrijo en ellas y sé que, a la larga, mis alumnas van a ser muy buenas. Siempre y cuando ellas también quieran eso.”

Por Rodrigo Baraglia