martes, 11 de octubre de 2011

EL ARAGÓN ¿Adónde van los recuerdos?


Lugar  histórico y notable de la Ciudad de Buenos Aires, disputado por los barrios de Villa Luro, Parque Avellaneda, Floresta y Mataderos como propio, han pasado por allí figuras importantes del tango, de la literatura y de la cultura en general. En su fachada,  una placa del año 1997 colocada por el Gobierno de la Ciudad dice: “En este lugar funcionó la pulperia y el reñidero de gallos del Sr Pabellón, sitio característico del Camino a Cañuelas, luego Provincias Unidas en 1893 y Juan Bautista Alberdi desde 1919” Lamentablemente hoy ya no existe, fue tirado abajo y en su lugar se construyo una farmacia: hablamos del Café Aragón, ubicado en calle Donizetti 599, esquina que da a la Avenida Juan B Alberdi. Data del año 1813 y los últimos dueños del lugar fueron la familia Aragón, primero José y luego sus hijos, hasta su reciente cierre.
   Sus paredes estaban cubiertas por las huellas del tiempo: afuera, sobre la calle Donizetti  se afirmaba “esquina José Aragón”  y en el interior convivían iconos tan disimiles como la figura de Gardel fileteada, y las publicidades de marcas de otros tiempos, como Vascolet, calentadores Primus, o Almidón Collman. El café se encontraba dividido: hacia Alberdi y Donizzetti estaba el sector de la cafetería, y sobre Escalada estaba la sala de juegos en donde se podía jugar al truco, al billar, al dominó.
  El Aragón era un café de barrio, y era habitual que los vecinos de un lado y del otro asistieran a juntarse, a leer, a jugar, o solo a tomarse un cortado. Por allí pasaron figuras del tango como Alberto Castillo, Alberto La Cueva, y de la cultura, como el estimado escritor e historiador de Mataderos, Ofelio Vecchio o, el también escritor y Presidente de la Academia Porteña del Lunfardo, José Gobello.
  Aragón, no solo fue un café que retrataba la música y la poesía en sus paredes, como en el caso del poema de Francisco Caparelli “Café de barrio/con calor de trato diario”,   para que todos las pudieran disfrutar, sino que también fue un café cantado por la voz del tango, con su tema especialmente dedicado y que llevara su nombre en el titulo, “Café Aragón” escrito por Enrique Bugatti con música de Ángel Cabral y cantado por Carlitos Acuña1 en donde se reafirma la patria barrial del Aragón:  “Refugio de la fauna cotidiana, igual que tu barrio, Mataderos” Enrique Bugatti nos cuenta del pasado arrabalero del Café: es donde Alberto Castillo empieza a cantar sus primeros tangos, es lugar de disputas, en esa esquina es donde balean al legendario “Pibe Cabeza” y donde habrían matado a un diputado peronista durante el primer gobierno de Perón, es el café de los números de varieté, es el lugar de paso y descanso de los reseros del matadero.
    El lugar en donde se encontraba el Aragón es hoy una farmacia que se construyo rápidamente. Este era uno de los Cafés Notables de la Ciudad de Buenos Aires. Tal designación, no es solo un rotulo a los fines turísticos, sino que conlleva la responsabilidad, en este caso del Gobierno de la Ciudad, de preservarlo como patrimonio histórico ¿Por qué no se intervino, entonces, para evitar su desaparición?
 En su ultima estrofa y, como un presagio, el tango “Café Aragón” canta “Si el Progreso negó sin compasión con plástico y neón a tu pasado, igual vuelven los duendes que acodados escabian junto a vos, Viejo Aragón”.

1Carlos Acuña  fue un cantante del barrio de Mataderos. Puede verse su historia en la nota del diario El Local de Mataderos” del mes de Diciembre de 2010

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